Si nos encontramos a alguien que nos debe agradecimiento, enseguida lo recordamos. ¡Cuántas veces nos encontramos a alguien al que debemos agradecimiento y no pensamos en ello!
El agradecimiento es la parte principal de un hombre de bien.
Hay muchos menos ingratos de lo que se cree; pues hay muchos menos generosos de lo que se piensa.
La ingratitud no descorazona a la verdadera caridad, pero sirve de pretexto al egoísmo.
En el templo del favor todo es grande, menos las puertas: éstas son tan bajas que se ha de entrar arrastrándose.