Frases sobre el ser Humano

Seamos tan diferentes con los hombres como con los cuadros, a los que tratamos siempre de dar una luz favorable.

Los soberanos huéspedes de ojos llenos de destino.

Toda palabra dicha o escrita es lenguaje muerto.

Nunca haga aquello por lo que no quiere que se le conozca.

Los hombres viven del olvido; las mujeres, de recuerdos.

Los hombres que se bastan a sí mismos son inservibles a la verdadera amistad.

Los hombres no son sino los instrumentos del genio del universo.

Lo más profundo del hombre es su piel.

Escribe los agravios en el polvo, las palabras de bien escríbelas en el mármol

Hay mucha gente que cuando ha de hacer algo, hace algo; aunque no sea exactamente lo que ha de hacer.

Hablamos muy poco, excepto cuando la vanidad nos hace hablar.

A veces lamento hablar en español: escuchado desde la otra orilla debe ser algo incomparable, lleno de chasquidos y latigazos, terrible carga de caballería de abiertas vocales, por entre un campo erizado de consonantes clavadas como estacas.

El hombre es el más misterioso y el más desconcertante de los objetos descubiertos por la ciencia.

El lenguaje ha de ser matemático, geométrico, escultórico. La idea ha de encajar exactamente en la frase, tan exactamente que no pueda quitarse nada de la frase sin quitar eso mismo de la idea.

Nacer es solamente comenzar a morir.

En boca cerrada no entran moscas.

Toda palabra dicha despierta una idea contraria.

Si me detengo a reflexionar en lo que es propio decir a ésta o aquella persona, pronto dudaré que exista una parte de mi relato que con propiedad pueda contarse.

Una palabra bien elegida puede economizar no sólo cien palabras sino cien pensamientos.

Siempre me ha parecido que a un ser humano sólo le puede salvar otro ser humano.

Una palabra rara es en una página como un adoquín levantado en una calle.

Contra el vicio de pedir hay la virtud de no dar.

Un hombre y una mujer son hasta tal punto la misma cosa que casi no se entiende la cantidad de distinciones y de razonamientos sutiles de los cuales se nutre la sociedad sobre este argumento.

Muchas palabras nunca indican sabiduría.

Lo bien dicho se dice presto.

Hay que tomar a las personas como son, no existen otras.

Es una ley inexorable en la vida de los sexos, la acción anafrodisíaca de la costumbre.

El cuerpo no es más que un medio de volverse temporalmente visible. Todo nacimiento es una aparición.

Deberíamos tener cuidado en no hacerle a un compañero lo que solo intentábamos ayudarle a hacer.

Así es el hombre, ese gran y verdadero anfibio cuya naturaleza puede vivir en mundos heterogéneos y separados.

Mucha gente cree que discrepa de los demás y lo que pasa es que no tienen valor para hablar unos con otros.

Sólo valen las palabras. El resto es charlatanería.