Frases sobre el EgoÃsmo
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Empezando por la MonarquÃa y siguiendo por la Iglesia, ningún poder nacional ha pensado más que en sà mismo.
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- Aunque el egoÃsmo puede tener sus beneficios, como enfocarse en alcanzar el éxito académico o profesional, también puede llevar a relaciones conflictivas con los demás, problemas sociales y hasta depresión. Es por ello que hay muchas frases sobre el egoÃsmo que buscan empoderarnos para tomar conciencia del daño potencial que esta actitud puede causar. Aquà reunimos algunas frases famosas sobre el egoÃsmo para ayudarte a reflexionar sobre la importancia de ser conscientes acerca de este tema.
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Amar es valorar. Sólo un hombre racionalmente egoÃsta, que posee autoestima, es capaz de amar, porque es el único que puede mantener valores firmes, consistentes, sin comprometerlos ni traicionarlos.
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El capitalismo está en crisis debido a las polÃticas neoliberales, que han eliminado todos los controles. Este capitalismo es antisocial, egoÃsta.
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El hombre sabe transformar el mundo exterior con su genio y voluntad. Aprenda a transformar con su voluntad y su genio sus propios egoÃsmos, y entonces si que todo será luz.
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El pueblo inglés está más seguro de su derecho cuando entra en una ciudad a fuego y a sangre, que esa ciudad misma cuando se defiende. El pueblo inglés es el sÃmbolo del egoÃsmo humano, puesto en adoración de sà propio, y elevado por medio del éxtasis a su última potencia.
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Me gustan los epitafios; ellos son, entre la gente civilizada, una expresión de aquel piadoso y secretoegoÃsmo que induce al hombre a arrancar de la muerte un harapo al menos de la sombra que ha pasado.
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Donde está el ideal de ayudar, hay que pagar hasta por respirar, busca otro planeta al que emigrar.
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El egoÃsmo, la práctica del Yo, bajo todas sus formas de yoismo y solipsismo, es una forma de ontologÃa, una manera de entender que el mundo no es más que lo que el Yo entiende por el mundo.
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La interacción sexual es una fraternidad de egoÃstas. El sexo, por su parte, es una lecciónegoÃsta.
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El egoÃsta puede tener el paradójico deseo de morir antes que las personas que le sirven para no quedarse sin ayuda.
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La abrumadora mayorÃa del sufrimiento en el mundo se debe a nuestras elecciones de matar, difamar, de ser egoÃstas, de las desviaciones sexuales, de romper nuestras promesas, de ser imprudentes.
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Otra explicación es que el egoÃsmo que genera el sistema hace que los gobernantes antepongan su éxito personal a su responsabilidad social.
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Cuando no se camina al lado de Cristo, que nos guÃa, nos dispersamos por otras sendas, como la de nuestros propios impulsos ciegos y egoÃstas, la de propuestas halagadoras pero interesadas, engañadas y volubles, que dejan el vacÃo y la frustración tras de sÃ.
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No soy primariamente una defensora del capitalismo, sino del egoÃsmo; y no soy primariamente una defensora del egoÃsmo, sino de la razón. Si uno reconoce la primacÃa de la razón y la aplica consistentemente, todo lo demás viene por descontado. Esto, la supremacÃa de la razón, era, es y será el principal interés de mi trabajo, y la esencia del objetivismo.
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Los egoÃstas pueden hacer mucho bien. Descubren tanto sus sentimientos, que empujan a los otros a analizar los propios.
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El orgullo se desembaraza de tantos vicios, no dejando que subsista otro que él, que parece una gran ventaja el trocar la vanidad por el orgullo... Sólo tiene un inconveniente: la gente orgullosa es intolerablemente egoÃsta, mientras que los vanidosos son afables y desprendidos.
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Apenas amanezca, hazte en tu interior esta cuenta: hoy tropezaré con algún entremetido, con algún ingrato, con algún insolente, con un doloso, un envidioso, un egoÃsta.
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Los infelices son egoÃstas, injustos, crueles e incapaces de comprender al otro. Los infelices no unen a las personas, las separan.
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Tengo que buscar la base del egoÃsmo: todo lo que no soy no me puede interesar, es imposible ser algo que no se es.
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Hay que estar acostumbrado a vivir en las montañas, y ver a nuestros pies la miserable charlatanerÃa de egoÃsmo de los pueblos desarrollados.
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En su actuación, los espÃritus realmente aristocráticos obran impulsados por su propio egoÃsmo, por su propia autoestima, bajo su propia y única responsabilidad.
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El amor a uno mismo, a la propia vida, al propio destino, a nuestros instintos y pasiones e incluso a nuestros propios errores como formas para conocernos, es lo que se denomina egoÃsmo.
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