Frases de Astucia

El hambre, agudiza el ingenio.
El que ayuda a otro a hacerse poderoso causa su propia ruina. Porque es natural que el que se ha vuelto poderoso recele de la misma astucia o de la misma fuerza gracias a las cuales se lo ha ayudado.
Cualquier persona que tiene una sonrisa perpetua en el rostro, oculta una rudeza que asusta.
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Ciertamente, el hábito de disimular no es sino una astucia débil y remolona, y muy poco política.

Al amo listo y avisado, nunca lo engaña el criado.
No hay nada más barato que lo fiado, si el comprador es hombre avispado.
Tan tranquilas son las personas honradas y tan activas las pícaras, que a menudo es necesario servirse de las segundas.
Ni tres judíos juntos tienen tanto ingenio y habilidad para el contrabando como una sola mujer.
La única división natural del hombre es en fuertes y débiles, listos y tontos.
Un jesuita y una suegra, saben más que una culebra.
El engaño y la astucia sólo son propios de los débiles.

El hombre hábil es superior al fuerte.
Cuando naces en una familia numerosa no te queda más remedio que espabilar y ser fuerte.
Villanía, máscara de la astucia. Pudor, máscara del orgullo.
No hay mejor maestro que el astuto, te enseñara a vender el plomo por oro.
Creo que los mayores bribones son los que hablan la mayor parte de su honestidad.

La ambición no hermana bien con la bondad, sino con el orgullo, la astucia y la crueldad.
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Todo hombre de más de cuarenta años es un pillo.
Mucho sabe la zorra, pero la víbora una cosa muy poderosa.
Que la industria o la cautela que traición fuera en la paz, se llama ardid en la guerra.
La astucia es el oscuro santuario de la incapacidad.
Reservarse siempre las últimas tretas del Arte.
Donde no hay más que, una mañosa astucia, necesariamente hay mezquindad.

Quien toma la zorra y la desuella, ha de saber más que ella.
Solamente la complacencia de los novelistas es la que ha creado a las mujeres una reputación de sutiles, maliciosas y astutas. Ellas poseen apenas una docena de mentiras en su repertorio; quitadlas de ahí y no sabrán por dónde andar.
Más querría un dinero, que ser artero.
Estudiante salamanquino, tunante fino.
Las astucias y las traiciones no son sino consecuencia de una falta de habilidad.
Pobre o rico, poderoso o débil, todo ciudadano ocioso es un pícaro.
Entre la astucia y la credulidad, la voz de la razón queda sofocada.
La mujer que quiere a dos, no es mala sino entendida, cuando una vela se apaga, la otra queda encendida.
A buen juez, mejor pastor.
Recordad que todo truco es canallesco o infantil.
Malicioso me llaman porque no me dejo engañar.

Los hombres que no hacen ruido son peligrosos.
Saber más, que los ratones coloraos.
A quien tienes que dar la cena, no le quites la merienda.
Con los zorros hay que ser un poco zorro.
El hombre más sagaz es el que menos sospecha que puede caer ante un detalle insignificante.