Frases Indirectas
Las frases indirectas son aquellas que se utilizan para comunicar un mensaje sin decirlo directamente. Estas frases permiten expresar opiniones, sentimientos o ideas sin ser tan explícito como lo haríamos si dijéramos las cosas directamente. Esta forma de comunicación es muy común en el lenguaje coloquial y puede ser útil para evitar conflictos o situaciones incómodas. Las frases indirectas también pueden usarse para dar consejos o sugerencias sin ofender a la otra persona.
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Es muy sencillo olvidar a quien jamás se acordó de ti.
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En algún momento el karma se hará cargo, solo debes sentarte y esperar.
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El ignorante afirma, el sabio duda y reflexiona.
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Si bebes para olvidar, sólo conseguirás ver el doble.
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Celebro cuando encuentro a un falso amigo, porque elimino un problema más de mi vida.
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Sé que muchos me odian, lo más gracioso es que ni siquiera los conozco.
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Yo no te perdí a ti, tú me perdiste a mí.
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El sabio no dice todo lo que piensa, pero siempre piensa todo lo que dice.
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No sé qué es peor: que me dijeses “Te quiero”, o que yo me lo creyese.
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Me dije a mi mismo que no me enamoraría pero contigo haré una excepción.
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Le gustaba tanto mi sonrisa, que se la llevó cuando me dejó tirado.
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Es fácil olvidar a quien nunca te tuvo en cuenta.
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Sé que me odian, pero lo más cómico es que no sé absolutamente nada de ellos.
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Gracias a ciertas personas ahora se lo que no quiero en mi vida.
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Algunas personas son como el cigarro, primero se prenden, después se hacen humo.
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Las mujeres buscan un hombre que las haga reír y que al mismo tiempo las proteja, una especie de payaso ninja es lo que buscan.
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La felicidad se puede hallar hasta en los momentos más oscuros, si somos capaces de usar bien la luz.
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No me desgasto con personas que no desean estar conmigo. Prefiero invertir mi tiempo en quienes sí están.
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Hay relaciones que te enseñan de qué se trata el amor, y otras en cambio te muestran lo que el amor jamás debería ser.
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Empecé a ser feliz cuando dejé de interesarme por personas a las que yo no les interesaba en absoluto.
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El imbécil, al igual que el muerto, no padece por su condición y ni siquiera la advierte. El problema lo tienen los demás.
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