Frases del Destino
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He aprendido que la gente rara vez te defraudará si comprende que tu destino está en sus manos, y viceversa.
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Es un error mirar demasiado lejos. Sólo un eslabón de la cadena del destino puede ser manejado a la vez.
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En la vida, los destinos están casi siempre separados: quienes comprenden no son los ejecutores, y quienes actúan no comprenden.
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Lo que el cielo tiene ordenado que suceda, no hay diligencia ni sabidurÃa humana que lo pueda prevenir.
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Cuando le das a los niños las herramientas necesarias para cambiar su destino, es realmente enriquecedor.
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He comprendido que somos sordos y ciegos, que venimos de la noche para volver a la noche sin saber nada de nuestro destino.
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Era inevitable: el olor de las almendras amargas le recordaba siempre el destino de los amores contrariados.
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Si llego a mi destino ahora mismo, lo aceptaré con alegrÃa, y si no llego hasta que transcurran diez millones de años, esperaré alegremente también.
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Nadie nos salva sino nosotros mismos. Nadie puede y nadie debe. Nosotros mismos debemos recorrer el camino.
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A veces nuestro destino semeja un árbol frutal en invierno. ¿Quién pensarÃa que esas ramas reverdecerán y florecerán? Mas esperamos que asà sea y sabemos que asà será.
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Eres es el dueño de tu destino. Puedes influir, dirigir y controlar tu propio entorno. Puedes hacer que tu vida sea como quieres que sea.
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Hay quienes creen que el destino descansa en las rodillas de los dioses, pero la verdad es que trabaja, como un desafÃo candente, sobre las conciencias de los hombres.
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La capacidad de tener esperanza es el hecho más significativo de la vida. Le proporciona a los seres humanos un sentido de destino y la energÃa para empezar.
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No existe tal cosa como la casualidad, y lo que nos parece un simple accidente brota de la más profunda fuente del destino.
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El realismo nos avisa que el sufrimiento es una parte consustancial de la vida, como el destino y la muerte. Sin ellos, la vida quedarÃa incompleta.
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Siembra un acto y cosecharás un hábito. Siembra un hábito y cosecharás un carácter. Siembra un carácter y cosecharás un destino.
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Cuando no tuve nada que perder, lo perdà todo. Cuando dejé de ser quién era, me encontré a mà mismo. Cuando conocà la humillación y aun asà seguà caminando, entendà que era libre para escoger mi destino.
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La manera en que una persona toma las riendas de su destino es más determinante que el mismo destino.
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Siempre se ha creÃdo que existe algo que se llama destino, pero siempre se ha creÃdo también que hay otra cosa que se llama albedrÃo. Lo que califica al hombre es el equilibrio de esa contradicción.
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Ni aun permaneciendo sentado junto al fuego de su hogar puede el hombre escapar a la sentencia de su destino.
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El hombre es el verdadero creador de su destino. Cuando no está convencido de ello, no es nada en la vida.
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Actualmente, el destino del mundo depende, en primer lugar, de los estadistas, y en segundo, de los intérpretes.
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