Frases de Virtud
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Tienes más cualidades de lo que tú mismo crees; pero para saber si son de oro bueno las monedas, hay que hacerlas rodar, hacerlas circular. Gasta tu tesoro.
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Toda nuestra crÃtica consiste en reprochar a los demás el no tener las cualidades que nosotros creemos tener.
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Una joven bella y virtuosa es el objeto más hermoso que la naturaleza puede ofrecer a nuestra vista.
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Las virtudes son hermanas que se abrazan estrechamente: cuando una cae, todas las otras vacilan, cuando una se levanta, las restantes cobran ánimo.
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Tenga en cuenta su origen: no fue hecho para vivir como un bruto, sino para seguir la virtud y el conocimiento.
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Los que dicen ser partidarios de la virtud por la virtud, no suelen tener virtud, pues sin Dios no hay verdadera virtud.
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Si bien las barras y los cerrojos pueden desconcertar al ladrón, solo la virtud derrotará al calumniador.
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No damos un valor especial a la posesión de una virtud hasta que notamos su ausencia total en nuestro oponente.
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Fomente todas sus disposiciones virtuosas y ejercÃtelas cada vez que surja una oportunidad, asegurándose de que ganarán fuerza con el ejercicio, como lo hace una extremidad del cuerpo, y que el ejercicio las hará habituales.
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Nuestras virtudes son como cristales escondidos en las rocas. Ningún hombre los encontrará por caminos suaves, sino por el martillo y por el fuego.
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Por esta razón también, obrando con toda diligencia, añadid a vuestra fe, virtud, y a la virtud, conocimiento.
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Los virtuosos seguramente hablarán con rectitud; pero aquellos cuyo discurso es recto pueden no ser virtuosos.
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La humildad es el fundamento de todas las otras virtudes: por lo tanto, en el alma en la que esta virtud no existe, no puede haber ninguna otra virtud, excepto en la mera apariencia.
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La virtud es más difÃcil de conseguir que el conocimiento del mundo; y, si se pierde en un hombre joven, rara vez se recupera.
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Cuando dejamos que brille nuestra virtud, inconscientemente le damos permiso a otras personas para que hagan lo mismo.
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Cuando escucho a un hombre que habla de la virtud, o de cualquier tipo de sabidurÃa, que es un hombre verdadero y digno de su tema, me deleito sin medida: y comparo al hombre y sus palabras, y noto la armonÃa y correspondencia de ellos.
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Como no endulzas tu boca al decir miel, tampoco te vuelves virtuoso simplemente hablando de la virtud.
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DeberÃamos estar interesados ​​en la parte más oscura y real de un hombre en la que no habitan los vicios que no muestra, sino las virtudes que no puede.