Los que dicen ser partidarios de la virtud por la virtud, no suelen tener virtud, pues sin Dios no hay verdadera virtud.
No permitas que tu tranquilidad dependa de los sentimientos de los hombres. Cualquier cosa que digan acerca de ti, buena o mala, no lo eres a causa de otro hombre; porque así eres tú.
No eres más porque te alaben, ni menos porque te critiquen; lo que eres delante de Dios, eso eres y nada más.
Ten buena conciencia y tendrás siempre alegría. Si alguna alegría hay en el mundo la tiene seguramente el hombre de corazón puro.
He buscado el sosiego en todas partes, y sólo lo he encontrado sentado en un rincón apartado, con un libro en las manos.