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La desilusión temprana de una esperanza deja una cicatriz que es iluminada cuando la esperanza se cumple.
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Sí, pintoresca y curiosa guerra! Usted dispara un compañero de abajo que te tratan si se reunió en cualquier bar es, o ayuda a la mitad-a-corona.
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Es difícil para una mujer expresar con palabras sus sentimientos cuando las mismas han sido creadas por los hombres para expresar los suyos.
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El pesimismo es un juego seguro. Así no puedes perder nunca, solo puedes ganar. Es el único punto de vista desde el que nunca te sentirás decepcionado.
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El principal objetivo de la religión no es lleva el hombre al cielo sino introducir el cielo en el hombre.
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La poesía es emoción puesta en movimiento. La emoción debe venir por su propia naturaleza, pero la medida puede ser adquirida por el arte.
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Se necesitaría tener la sangre fría de un pez y el egoísmo de un cerdo para tener realmente la suerte de llegar a ser una de las personalidades del país.
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El pesimismo es, en resumen, jugar al juego seguro. Es la única visión de la vida en la que nunca puedes decepcionarte.
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El pesimismo es jugar al juego seguro. No se puede perder con él; se puede ganar. Es el único punto de vista de la vida en el que nunca puedes estar decepcionado. Habiendo calculado qué hacer en las peores circunstancias posibles, cuando surgen mejores, como puede ser, la vida se convierte en un juego de niños.
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Pasar al noviazgo sin conocimiento, pasar al matrimonio sin noviazgo, es un salto de términos reservados para aquellos que pisan este camino real.
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Es más seguro aceptar cualquier oportunidad que se le presente e improvisar un procedimiento que se adapte a él, que conseguir que un buen plan haya madurado y esperar la oportunidad de utilizarlo.
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La indiferencia ante el destino, que a pesar de que a menudo convierte a un villano en un hombre, es la base de su sublimidad cuando no es así.
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¡Qué no dirá la gente de los tiempos venideros cuando se pare a considerar las bárbaras costumbres y supersticiones de estos tiempos que nos ha tocado la desdicha de vivir!
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Todos los niños de nuestro tiempo son colectivamente hijos nuestros, de los adultos de este mismo tiempo; así que tienen derecho a que los cuidemos en general. Ese amor exagerado de los padres para con sus propios hijos y ese desprecio por los de los demás, así como el espíritu de clase, el patriotismo, el Antónpirulerismo y demás virtudes, no son en el fondo más que egoísmo ruin.