Frases de Robert Louis Stevenson

No hay tierras extrañas. Quien viaja es el único extraño.

En mi caso, no viajo para ir a un lugar en particular, sino por ir. Viajo por el placer de viajar. La cuestión es movernos.

Las mentiras más crueles a menudo se dicen en silencio.

El compromiso es el mejor y más económico abogado.

Como un pájaro cantando en la lluvia, dejemos que los recuerdos de agradecimiento sobrevivan en tiempos de pena.

Todos somos viajeros en el desierto de este mundo, y lo mejor que podemos encontrar en nuestros viajes es un amigo honesto.

Las mentiras más crueles son dichas en silencio.

No juzgues cada día por lo que cosechas, si no por las semillas que plantas.

No puedes huir de la debilidad, en algún punto deberás luchar contra ella o perecer.

El vino es poesía embotellada.

Piensas que los perros no irán al cielo. Te digo que estarán allí mucho antes que nosotros.

Las más crueles mentiras a menudo se dicen en silencio.

La vida no es cuestión de tener buenas cartas, sino de jugar bien con una mano pobre.

Mientras se tenga al menos un amigo, nadie es inútil.

Perdonarse a uno mismo es ser feliz.

Tanta prisa tenemos por hacer, escribir y dejar oír nuestra voz en el silencio de la eternidad, que olvidamos lo único realmente importante: vivir.

Mi memoria es magnífica para olvidar.

El mundo no tiene espacio para cobardes.

¿Acaso hay algo en la vida que decepcione tanto como lograr lo que se quiere?

Las mentiras más crueles se dicen a menudo en silencio.

Un amigo es un regalo que tú mismo te das.

La dificultad de la literatura no es escribir, sino escribir lo que quieres decir, no afectará a su lector, pero le afecta precisamente a su gusto.

No hay cualquier progreso. Todo es lo mismo, ya que estaba a miles, y desde hace decenas de miles de años. Los cambios de forma externa. La esencia no cambia.

No pido riquezas, ni esperanzas, ni amor, ni un amigo que me comprenda; todo lo que pido es el cielo sobre mí y un camino a mis pies.

El precio que tenemos que pagar por el dinero se paga en libertad.

No juzgues cada día por lo que cosechas, sino por lo que siembras.

No juzgues cada día por lo que cosechas, sino por las semillas que plantas.

Guarda tus miedos para ti mismo, pero comparte tu valentía con los demás.

Todo el que llegó donde esta, tuvo que comenzar donde estaba.

Ser lo que somos y convertirnos en lo que somos capaces es la única finalidad de la vida.

Algo debe haber hecho mal o no sería tan famoso.

Ser lo que somos y convertirnos en lo que somos capaces de llegar a ser, es el único fin en la vida.

De cualquier forma los celos son en realidad una consecuencia del amor: os guste o no, existen.

No juzgues cada día en función de lo que coseches, sino de las semillas que siembres.

Sólo hay una diferencia entre una larga vida y una buena cena: que, en la cena, los dulces llegan al final.

No puedes huir de la debilidad; en algún momento tendrás que combatirlo o perecerás; y si es así, ¿por qué no ahora y dónde estás?

Guarda tus miedos para ti mismo, pero comparte tu inspiración con los demás.

Dado que el odio envenena el alma, no atesores enemistades, ni rencores: evita a las personas que te hacen infeliz.

Un amigo es un regalo que te haces a ti mismo.

No hay ningún deber que subestimemos tanto como el deber de ser feliz.