Frases de Publilio Siro

¿Cuál es el arte para preparar una buena amistad? Si quieres ser amado, ama

Cuanto más temprana es la negativa, menor es la desilusión.

Cualquiera puede sostener el timón cuando el mar está en calma

Perdona siempre a los demás, nunca a ti mismo

Usualmente me arrepiento de que he hablado, nunca de que me he quedado callado.

Por los defectos de los demás el sabio corrige los propios.

La absolución del culpable es la condena del juez.

La buena salud y el buen juicio son dos de las mayores bendiciones de la vida

Nos interesan los demás cuando se interesan por nosotros.

Nunca prometas más de lo que puedes llevar a cabo.

Donde existe unidad, siempre existe victoria.

La unión le da fuerza al humilde.

El valor crece con el atrevimiento, el miedo al ir hacia atrás.

De los errores de los demás un hombre sabio corrige los propios.

Me arrepiento muchas veces de haber hablado, nunca de haber callado.

La caída de lo alto es mucho más peligrosa.

Mandando mal se pierde la autoridad del mando.

Amistad que acaba no había comenzado.

Morimos tantas veces como perdemos a uno de los nuestros.

Algunos remedios son peores que la enfermedad.

No existe medicina que cure el odio.

Es con frecuencia muy sabio olvidar lo que se sabe.

La cura para el dolor por aquello que perdimos es el olvido.

Un hombre enfadado esta de nuevo enfadado consigo mismo cuando vuelve a la razón.

Es tontería temer lo que no se puede evitar.

Mucho debe tener quien es temido de muchos.

Ningún timorato llegó a las altas cumbres.

Nadie sabe lo que puede hacer hasta que lo intenta.

La fama de integridad constituye un segundo patrimonio.

El carácter de cada hombre es el árbitro de su fortuna.

Hacer dos cosas al mismo tiempo es no hacer ninguna de ellas.

La fama de integridad constituye un segundo patrimonio. Muchas personas cuidan su reputación y no cuidan su conciencia.

Al pobre le faltan muchas cosas; al avaro, todas.

El que persigue dos liebres, no coge ninguna.

Me he arrepentido de haber hablado, pero nunca de haber guardado silencio.

Ten en cuenta lo que vayas a decir, no lo que pienses.

Así como el ignorante está muerto antes de morir, el hombre de talento vive aun después de muerto.

Venus cede a las caricias, no a la compulsión.

La apatía bordea la locura.

Nada deseamos tanto como lo que no deberíamos tener.