Frases de Pedro Calderón de la Barca

Vencer y perdonar, es vencer dos veces

Afortunado es el hombre que tiene tiempo para esperar.

Quien daña el saber, homicida es de sí mismo.

No hay razón donde hay fuerza

¿Qué es la vida? Una locura.

Vencerse a sí mismo es una hazaña tan grande, que sólo el que es grande puede atreverse a ejecutarla.

Cuando tan torpe la razón se halla, mejor habla, señor, quien mejor calla.

Respóndate retórico el silencio, cuando tan torpe la razón se halla, mejor habla, señor, quien mejor calla.

Cuando el amor no es una locura, no es amor.

Porque en un pasado amor se olvida hasta la memoria.

El que olvidar solicita, no olvida cuando se acuerda de que se acuerda que olvida.

Ya veo al cristal del desengaño, que soy polvo, nada y viento.

Siempre el traidor es el vencido y el leal es el que vence.

Verde es el color principal del mundo,y a partir del cual surge su hermosura.

El verde es el primer color del mundo y de donde se alza su encanto.

Uno puede saber cómo ganar una victoria, y no sé cómo usarlo.

El caer no ha de quitar la gloria del haber subido.

Con mi hacienda, pero con mi fama no.

El honor es patrimonio del alma, y el alma sólo es de Dios.

El verde es el color principal del mundo, y del que surge su belleza.

El zorro es muy astuto, pero es más astuto quien atrapa al zorro.

Porque cada secreto pende con mayor temor entre la boca del que habla y el oído del oyente que cualquier peligro entre la copa y el labio.

Es centro del demonio el pecho del pecador.

Es muy puntual el diablo.

¡Oh que aprisa piensa un vehemente deseo que no hay más que lo que piensa!

Aunque te aconsejes tarde, mira, oh joven imprudente, que ser con ira valiente no es dejar de ser cobarde.

Fingimos lo que somos; seamos lo que fingimos.

O calla o algo di que mejor que callar sea.

Dichas que se pierden son desdichas más grandes.

A quien aspira a reinar cada hermano es un estorbo.

En la más noble lengua la propia alabanza es vil.

En los extremos del hado,no hay hombre tan desdichado que no tenga un envidioso,ni hay hombre tan venturoso que no tenga un envidiado.

Porque nunca está mejoraquel que se desagraviacon la venganza que toma, que dejando de tomarla,porque no hay venganza como no haber menester venganza.

Que no hace fineza quien dice que hace la fineza; pues sólo es saber hacerla.

Que el decir es fácil uno que se ausenta, mas no el ausentarse,si hay quien lo detenga.

La muerte siempre es temprana y no perdona a ninguno.

Juez que ha sido delincuente¡qué fácilmente perdona!

Hay delitos tales, que atentas las leyes se los dejaron sin pronunciarles sentencia, por no prevenir que habría quien los cometiese.

¡Ah qué abrazo tan ruinel que la necesidadhace dar, y no sentir!

Mujer a mi gusto quiero,sea su dote mi agrado ;que el que a otro interés se vende,no es marido, sino esclavode la ambición que se compra.