Frases de Olvido

Intentar olvidar no funciona. De hecho, es bastante parecido a recordar.

Hay días que borré del calendario. Hay noches que me regresan los días que borré.

Es con frecuencia muy sabio olvidar lo que se sabe.

La gente pronto parece olvidar, lo que pasó algunos años atrás, ¡Oh! ¡Señor! Un lugar, sin memoria popular, no cantará, no bailará, ni una noche más.

La obra del olvido prueba que recordar es fácil y olvidar difícil.

Puedo perdonar a quien me haya hecho daño inconscientemente, pero a quien me lo haga conscientemente: ni olvido, ni perdón.

Porque a las cosas hay que darles siempre su final, Blanca, aunque sea doloroso. No es bueno dejar heridas abiertas.

Queremos olvidar para siempre la pena, evadir el misterio de la humana diferencia, rechazar a destajo el límite de nuestra naturaleza.

Reírse es olvidar.

El olvido es señal de menosprecio, y por tanto causa enojo.

La mente tarda en olvidar lo que le ha llevado mucho tiempo aprender.

La educación es lo que queda después de que uno olvida lo que ha aprendido en la escuela.

Si quieres olvidar algo en el acto, haz una nota poniendo que hay que acordarse de eso.

Tantas cosas suceden sin que nadie se entere ni las recuerde...

¡Quién sabe dónde vamos, si casi no nos acordamos de de dónde venimos!.

Sepan que olvidar lo malo también es tener memoria.

No te das cuenta de la buena memoria que tienes hasta que intentas olvidar algo.

El afán de querer olvidarte es mi mayor ímpetu para recordarte.

Si deseas olvidar algo o alguien, jamás lo odies. Los que odias siempre estarán grabados en tu corazón; si deseas soltar algo, si quieres olvidarlo, jamás puedes odiar.

Darán muchas palmas, saldrá mucha gente a la calle, y después se olvidarán de él, así es la ley de la vida, triunfo y olvido.

Cuando era joven leía casi siempre para aprender; hoy, a veces, leo para olvidar.

La muerte no es más que un sueño y un olvido.

Por la ciudad en ruinas todo invita al olvido, los viejos portalones, la gran plaza desierta y el templo abandonado...La ciudad se ha dormido.

Y no importa que el viento olvide mi nombre y pase dando gritos burlones como un campesino ebrio que vuelve de la feria, porque ella y yo estamos ocultos en la secreta casa de la noche.

Se llama memoria a la facultad de acordarse de aquello que quisiéramos olvidar.

A veces lo que el corazón sabe la mente olvida.

Vale mucho más olvidar y sonreír, que recordar y entristecerse.

Nos olvidamos de nuestros placeres, nos acordamos de nuestros sufrimientos.

Es sano desatascar las cañerías de la memoria y terminar de hacer las paces con todo lo que quedó atrás.

Saber olvidar, más es dicha que arte.

Tanta prisa tenemos por hacer, escribir y dejar oír nuestra voz en el silencio de la eternidad, que olvidamos lo único realmente importante: vivir.

Querer olvidar a una persona es amarla más. No hay nada más bello que acordarse del que olvida.

La frase todo tiempo pasado fue mejor no indica que antes sucedieran menos cosas malas, sino que, felizmente, la gente las echa en el olvido.

Consiste a veces el remedio del mal en olvidarlo y olvidarse el remedio...

El olvido es una segunda muerte, a la que temen los espíritus más que a la primera.

El placer que acompaña al trabajo pone en olvido la fatiga.

Que no hay, para olvidar amor, remedio como otro nuevo amor, o tierra en medio.

El olvido es el verdadero sudario de los muertos.

No hay más que tres acontecimientos importantes en la vida: nacer, vivir y morir. No sentimos lo primero, sufrimos al morir y nos olvidamos de vivir.

Y vos que decías que el olvido hace huecos en la nada: los labios retuvieron las formas de cada temblor.