Frases de Miradas

Quién pudiera ostentar, como una brida, el arco iris sin par de tu mirada desde tu luz a mi negror caída.

En ciertas miradas de mujer, se advierte muy bien una especie de súplica a que alguien las saque de su habitual hastío.

Las frases de miradas son muy importantes para entender y resolver conflictos. Estas frases permiten a las personas comunicarse entre sí con sutileza y comprensión profunda. Las frases de miradas también pueden usarse para expresar la gratitud, el amor incondicional y la importancia de los demás. Estas frases son especialmente útiles para explicar a alguien cómo se sienten y lo que está sintiendo sin usar palabras. Esto es invaluable para comprender mejor a otra persona y expresar sus propias emociones.

Las esmeraldas de mis ojos tristes aguardan tus pupilas de bohemio, y mis manos germinan las caricias que brotan al contacto de tus dedos.

Las chicas que crecen aprisa tienen los ojos tristes.

Cuando en el amor te pido una mirada, ese acto tiene por condena ser insatisfactorio de cualquier manera. Porque nunca me observarás desde donde yo te veo.

La belleza no mira, sólo es mirada.

Hay en la azafata la nostalgia de quien va a morir pronto. Fíjense en cómo ve las cosas con la dulzura de una última mirada.

Todos los que han logrado grandes cosas han tenido un gran objetivo, han fijado su mirada en un objetivo que era alto, uno que a veces parecía imposible.

Que no hay vasos de veneno a los mortales sentidos, Teodoro, como los ojos de una mujer.

Jamás miré directamente hacia el sol. En cambio, miro constantemente los girasoles.

Ojos claros, serenos, ya que así me miráis, miradme al menos.

Ella lo miró y sonrió seductoramente. No había más palabras que fueran necesarias.

Se supone que envejecer con elegancia significa tratar de no ocultar el paso del tiempo y simplemente no mirar como si fueses un desastre.

El resplandor de tu mirada es el único suéter que necesito.

Es bonito cuando tu personalidad brilla a través de tu mirada.

El mundo es infinitamente impresionante para quienes se toman el tiempo de mirar.

Los hombres suelen creer que los ojos de las mujeres bellas tienen algo dentro, y a menudo se equivocan.

El cielo significa para mí una película infinita. Jamás me canso de observar lo que está sucediendo allá arriba.

Las miradas que al conocerse hablan entre sí en la distancia, no necesitan palabras… ¡Qué más da! Si ya interpretamos lo que claman.

Cuando comprendo tu mirada escucho tu verdadera voz.

¿Sería peligroso no mirar al ser mirado?

Lo importante se halla en la mirada, no en la cosa mirada.

Me encanta sentarme en la cima de la montaña y mirarla. No pienso en nada más que la gente que me importa y la vista.

Siempre hay vergüenza en la creación de un objeto bajo la mirada pública.

Cuando no se pueden decir las cosas, las miradas se cargan de palabras.

Incapaz de hablar de sus sentimientos, pero lo que él no sabe es que los lleva en la mirada. Que se le nota todo porque es transparente.

Tu pupila en la corteza celeste, gira a lo lejos y a ras de suelo, la defienden los lapsus de las débiles, previsoras pestañas.

Un filósofo es un ciego en una habitación oscura en la búsqueda de un gato negro que no se encuentra allí. Por otro lado, un teólogo es el hombre que lo encuentra.

Soledad: una dulce ausencia de miradas.

No te puedes llamar una verdadera Geisha hasta que no golpees a un hombre con tan sólo una mirada.

Envuelta en un ligero vestido carmesí, de sus hombros brotaban dos grandes alas azabaches. Sus ojos eran tan negros como la muerte y de ellos emergía algo siniestro.

Tus ojos son ojos vivos que en quien los mira se clavan, y descienden silenciosos hasta la hondura del alma.

Solo estoy observando cómo pasar el día.

El alma que hablar puede con los ojos, también puede besar con la mirada.

Con unos ojos brillantes y claros que parecía que quisieran absorber el mundo entero.

En las palabras se refleja el talento, y en las miradas, el alma.

Envejecer es como escalar una gran montaña: mientras se sube las fuerzas disminuyen, pero la mirada es más libre, la vista más amplia y serena.

Hay en tu mirada yo no sé qué cosa, que en mis fibras penetra y penetra como espada sorda.

La mirada que descubre no es necesariamente la mirada que funda, y la que funda no es la que construye, así el universo del mirar, del hacer.

Algunas miradas son tan fuertes que pueden derribar muros.