Martha Graham Frases

Fue una bailarina y coreógrafa estadounidense de danza moderna cuya influencia en la danza es equiparada a la que tuvo Picasso en las artes plásticas, Stravinsky en la música.

Bailar es simplemente descubrir.
Nuestros brazos comienzan en la espalda porque una vez fueron alas.
La danza es la lengua oculta del alma.
Los bailarines son los mensajeros de los dioses.
A nadie le importa si no puedes bailar bien. Levántate y baila. Los grandes bailadores son muy buenos por su pasión.
El baile es una canción del cuerpo. Ya sea de alegría o dolor.
El movimiento nunca miente. Es un barómetro que dice el estado del alma al que lo puede leer.
La danza es el lenguaje oculto del alma.
Bailar es hacer la música visible.
Los grandes bailarines no son geniales por su técnica, son geniales por su pasión.
El movimiento nunca miente. Es un barómetro que revela el clima del alma a todos los que lo pueden leer.
Lo importante es ese instante único en el movimiento. Darle a ese momento sentido, importancia y vitalidad. No dejar que se desvanezca en vano, sin ser percibido.
La danza es el lenguaje secreto del alma.
El cuerpo expresa lo que las palabras no pueden decir.
La danza es comunicación. Por lo tanto, el gran reto es hablar claramente, hermosamente y con certeza.
El cuerpo es el teatro, el escenario y el actor de esta presentación llamada vida.
La espina dorsal es el árbol de la vida. Respétala.
Creo que se aprende practicando, tanto si se trata de aprender a bailar bailando, como aprender a vivir viviendo.
'Age' es la aceptación de un período de años. Pero la madurez es la gloria de años.
La edad es la aceptación de un período de años, pero la madurez es la gloria de los años.
Nada es más revelador que el movimiento.
Todo lo que es importante es este momento en movimiento. Haz que el momento sea importante, vital y que valga la pena vivir.
El único pecado es la mediocridad.
La desgracia es una enfermedad comunicable.
Practicar significa actuar una y otra vez frente a todos los obstáculos.
La repetición no es por la monotonía, sino por el éxtasis que induce.