Frases de Luto

Extraño una parte de mi, esa que se fue contigo.

Cuanto más oscura es la noche, más brillantes son las estrellas. Cuanto más profundo es el duelo, más cerca está Dios.

Las frases de luto son una forma de expresar el dolor ante la pérdida de un ser querido. Son palabras que consuelan al corazón roto y que ayudan a sobrellevar el dolor y la tristeza que se siente. Estas frases de luto tienen el poder de unir a los seres queridos para compartir el sufrimiento y ofrecer consuelo y apoyo mutuo.

El dolor es inevitable pero el sufrimiento es opcional.

No lastimes a los demás con lo que te causa dolor a ti mismo

Tu ausencia me ha atravesado como hilo en una aguja. Todo lo que hago está cosido con su color.

Solo las personas capaces de amar intensamente pueden sufrir un gran dolor, pero esta misma necesidad de amar sirve para contrarrestar sus duelos y las cura.

Siempre es difícil perder a alguien. Deja un agujero en tu corazón que nunca vuelve a crecer.

El duelo suprimido sofoca. Hace estragos dentro del pecho y está forzado a multiplicar su fuerza.

La pérdida nos enseña mejor el valor de las cosas.

No os espante el dolor; o tendrá fin o acabará con vosotros.

Es mucho más oscuro cuando se apaga una luz de lo que hubiera sido si nunca hubiera brillado.

Morimos tantas veces como perdemos a uno de los nuestros.

Y al partir serán estas mis últimas palabras: Me voy, dejo mi amor detrás.

El dolor se oscurece con el tiempo. Es el camino de las cosas. Llegará un día en el que sonreirás de nuevo.

Aún hay un carbón que quema en mí. La mayoría de las veces, no lo noto. Pero de repente, se enciende la llama.

El tiempo es un médico que sana todo pesar.

No estoy triste, estoy sin ti y eso duele más.

La vida es lo que sucede mientras estás ocupado haciendo otros planes.

Entre las flores te fuiste. Entre las flores me quedo.

Todo intento de eliminar el duelo solo lo irrita aún más. Debes esperar hasta que es digerido y luego la diversión disipará sus restos.

El dolor compartido es un dolor disminuido.

Decir adiós no significa nada. Es el tiempo que pasamos juntos lo que importó.

Solo lo que se pierde es adquirido para siempre.

Su muerte no debe ponernos tristes, entendamos que ahora su espíritu está tranquilo, mientras estuvo entre nosotros fue muy feliz.

El arte de la vida es el arte de evitar el dolor.

Te digo adiós para toda la vida, pero toda la vida seguiré pensando en ti.

Mi corazón y mi alma lloran la partida de nuestro ser querido. Solo Dios puede brindarnos el consuelo que necesitamos en estas horas tan aciagas.

Que Dios fortalezca nuestra familia en este momento. Está terrible perdida ha dejado un vacío en nuestro hogar y en nuestro corazón.

Que descanses en paz, abuela querida y que Dios esté contigo en su reino. En vida fuiste la fuente de alegría y unión de nuestra familia.

Querido padre, nunca pensé que pudiera perderte tan pronto. Solo mi corazón sabe lo mucho que lamento tu ausencia.

No te preocupes por las lágrimas que derramas en su nombre. No son debilidad. Son la expresión más noble de un corazón puro.

Así como en la noche brillan las estrellas, en el luto más profundo y en el dolor más desgarrador, más cerca se encuentra Dios.

La muerte deja un dolor que nadie puede sanar, el amor deja un recuerdo que nadie puede robar.

La tierra no tiene tristeza que el cielo no pueda sanar.

El dolor es en sí mismo una medicina.

El duelo es un proceso, no un estado.

Bienaventurados los que lloran porque ellos serán consolados.

Sólo las personas que son capaces de amar con fuerza también pueden sufrir un gran dolor, pero esta misma necesidad de amar sirve para contrarrestar su dolor y los sana.

Todos vivimos con nuestras pérdidas. No queremos, pero podemos.

Abraza el momento del dolor espiritual y deja que fluyan las lágrimas.