Frases de Lord Byron

Para tener alegría, uno debe compartirla.

No hay instinto como el instinto del corazón

No existe otro instinto como el del corazón.

La sinceridad puede ser humilde pero no puede ser servil.

El vino consuela a los tristes, rejuvenece a los viejos, inspira a los jóvenes y alivia a los deprimidos del peso de sus preocupaciones.

Vamos a por vino y mujeres, la alegría y la risa, sermones y agua de soda al día siguiente.

Hay peregrinos de la eternidad, cuya nave va errante de acá para allá, y que nunca echarán el ancla.

La adversidad es el primer camino a la verdad.

El amor encontrará su camino a través de las sendas donde los lobos temen cazar.

El amor hallará su camino, aunque sea a través de senderos por donde los lobos no se aventurarían a seguir a su presa.

Siempre ríe cuando puedas. Es medicina barata.

Quien ama, delira.

Cada día confirma mi opinión sobre la superioridad de una vida viciosa, y si la virtud no es su propia recompensa, no conozco ninguna otra recompensa que se le anexe.

La amistad se convierte en amor con frecuencia, pero el amor nunca pasa a ser amistad.

Cuando la edad enfría la sangre y los placeres son cosa del pasado, el recuerdo más querido sigue siendo el último, y nuestra evocación más dulce, la del primer beso.

El recuerdo del gozo ya no es gozo, mientras que el recuerdo del dolor todavía es dolor.

El mejor profeta del futuro es el pasado.

La amistad es el amor, pero sin sus alas.

Aunque los sabios pueden derramar el tesoro de su sabiduría, no hay moralista severo que el placer.

Sé que dos y dos son cuatro - y debería estar contento de probar también si pudiera - aunque debo decir que si por cualquier tipo de proceso que podría convertir 2 y 2 en cinco me daría mucho mayor placer.

Debería estar muy dispuesto a corregir los errores de los hombres, y más aún ver que castigan los delitos. Es Cervantes, en todos los ciertos cuentos del Quijote, quien muestra como todos estos esfuerzos fracasan.

El rocío de la compasión es una lágrima.

El cardenal está al final de su ingenio - es cierto que no tenía que ir muy lejos.

Una mujer nunca debe ser visto comer o beber, a menos que se trate de ensalada de langosta y champán, el único y verdadero femenina y viandas convertirse.

El que sobrepasa o somete a la humanidad, debe mirar hacia abajo con el odio de los de abajo.

No puedo dejar de pensar que la amenaza del infierno hace tantos demonios como los severos códigos penales de la humanidad inhumana hacer villanos.

Siempre he creído que todas las cosas dependían de la suerte, y no sobre nosotros mismos.

La locura ama el martirio de la fama.

Quien sigue los pasos de la gloria a la tumba?

¿Qué sería la juventud sin el mar?.

La fama es la sed de la juventud.

La mejor manera será evitar uno al otro sin que sea evidente - o si nos empujan, en todo caso, a no morder.

Muerte, llamado así, es una cosa que hace que los hombres lloran, Y sin embargo, un tercio de la vida se pasa en el sueño.

Los hombres piensan muy bien de los que se levantan rápidamente en el mundo, y que no se eleva más rápido que el polvo, paja y plumas.

Los hombres aman a toda prisa, pero detestan a placer.

Debería estar muy dispuestos a corregir los males hombres, y más bien comprobar que castiga los delitos, no había Cervantes, en la que con demasiada verdadera historia del Quijote, se muestra cómo fracasan todos esos esfuerzos.

Ciertamente, es agradable ver estampado el propio nombre; un libro es siempre un libro, aunque no contenga nada.

Entonces, para un buen vicio de caballeros, creo que debo aceptar la avaricia.

El placer es un pecado, y a veces el pecado es un placer.

¿Crees que no hay más tiranía que la de la sangre y las cadenas? El despotismo del vicio, la debilidad y la maldad del lujo, la negligencia, la apatía, los males de la pereza sensual, producen diez mil tiranos, cuya crueldad delegada supera los peores actos de un amo enérgico, por duro que sea su comportamiento.