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Frases de Juvenal

Frases de Juvenal

Fue un poeta romano, activo a finales del siglo I y comienzos del siglo II, autor de dieciséis sátiras.

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  • El único camino que conduce a una vida tranquila es el que pasa a través de las virtudes.



  • La venganza es siempre el débil placer de una mente pequeña y estrecha.



  • Nunca la naturaleza dice una cosa y la sabiduría otra.



  • Todos desean saber, pero pocos pagar el trabajo que vale.



  • Nunca la sabiduría dice una cosa y la naturaleza otra.



  • El marido es el último en enterarse del deshonor de su casa.



  • Las bromas son como la sal: se deben usar con gran precaución.



  • Un hombre que no tiene nada puede silbar frente a la cara del bandido.



  • Nadie se hace malvado de repente.



  • Nunca es largo el camino que conduce a casa de un amigo.



  • Nunca la sabiduría dice una cosa y la naturaleza otra.



  • La venganza es más dulce que la vida misma.



  • En la venganza encontramos el abyecto placer de una mente abyecta.



  • Lo que da valor a un placer es usarlo raramente.



  • Es locura manifiesta vivir precariamente para poder morir rico.



  • Los demás hombres son dueños de su fortuna; el avaro es el esclavo de la suya.



  • El mayor crimen es preferir la vida al honor y, por vivir la vida, perder la razón de vivir.



  • La integridad del hombre se mide por su conducta, no por sus profesiones.



  • Un solo camino conduce a una vida de paz. El camino de la virtud.



  • Hay una lujuria en el hombre, ningún encanto puede domar, de publicar en voz alta la vergüenza de nuestro vecino.



  • Algunos hombres hacen fortunas, pero no para disfrutarlas; cegados por la avaricia, viven para hacer fortunas.



  • Éstas son las penas de quienes viven largos años: en medio de pérdidas familiares, continuamente renovadas, llegan a la vejez envueltos en lágrimas, luto y perpetua tristeza.



  • Es una gran locura la de vivir pobre para morir rico.



  • Los hombres que tienen los mismos vicios se sostienen mutuamente.



  • Este es el castigo más importante del culpable; nunca ser absuelto en el tribunal de su propia conciencia.



  • Algunos hombres no compran patrimonios para disfrutar de la vida, sino que, ciegos, viven sólo para sus patrimonios.



  • El primer castigo del culpable es que no podrá jamás ser absuelto por el tribunal de su conciencia.



  • Esto quiero y así lo mando, valga por razón mi voluntad.



  • La censura perdona a los cuervos y enseña a las palomas.



  • Más que la muerte es de temer la vejez.



  • Un tercer heredero rara vez disfruta de lo que ha sido adquirido deshonestamente.



  • Si quieres valer algo, osa audazmente acometer alguna cosa que merezca el destierro o la cárcel.



  • Confiar en todos es insensato; pero no confiar en nadie es neurótica torpeza.



  • Nada tiene en si la pobreza más intolerable, que el que hace ridículos a los hombres.



  • Mezquina cosa es pretender apoyarse en la fama ajena.



  • No es fácil que sobresalgan aquellos cuyo talento es entorpecido por las estrecheces familiares.



  • ¿Qué importa la infamia cuando queda asegurado el dinero?.



  • Ningún malo es feliz, y menos que nadie el que corrompe a otros.



  • Nadie se hizo perverso súbitamente.