Frases de Jorge Bucay

Es un médico, psicodramaturgo, terapeuta gestáltico y escritor argentino.

No somos responsables de las emociones, pero sí de lo que hacemos con ellas.
Solo si me siento valioso por ser como soy puedo aceptarme, puedo ser auténtico, puedo ser verdadero.
El camino marca una dirección. Y una dirección es mucho más que un resultado.
Estar cerca del que más sabe hace más sabio al que no sabe.
Intentar escapar de los malos pensamientos es ir a buscarlos.
Ser feliz es sentir las convicciones de estar en lo correcto.
Quiero que me aceptes sin que pretendas cambiarme.
El ahora es la única realidad, aunque no sea la más agradable de las realidades.
Nadie tiene más posibilidades de caer en el engaño que aquel para quien la mentira se ajusta a sus deseos.
Por dura que haya sido la experiencia, por costoso que haya resultado el error, siempre es posible volver a empezar.
Anímate a abrir los ojos a las nuevas puertas. Y, sobre todo, cuando estés frente a ellas, anímate a girar el picaporte.
Porque nadie puede saber por ti. Nadie puede crecer por ti. Nadie puede buscar por ti. Nadie puede hacer por ti lo que tú mismo tienes que hacer. La existencia no admite representantes.
Me aterra vivir con una persona que me considere imprescindible en su vida.
Si necesitase de alguien que esté conmigo todo el tiempo, esa persona debo ser yo mismo.
El autorrespeto es defender la dignidad por encima de la necesidad de aprobación.
El amor no se haya en nosotros para sacrificarlo por el otro, sino para disfrutar de su existencia.
La gente autodependiente no es manipulable. Y todo el mundo detesta a aquella gente que no se deja manipular.
Enseñame a amar y a darme la oportunidad de conocer a los otros. No importa si la vida me lo va a enseñar de todos modos; porque de nada vale si veo que vos no amas ni vivís en contacto con el prójimo
La manera positiva del conformarse se llama aceptación y la manera negativa se llama resignación.
Hoy, a mí lo que más me preocupa, por encima de la situación económica, es la violencia. La violencia en todas sus manifestaciones, desde la guerra a la intolerancia.
La felicidad es la certeza de no sentirse perdido.
La capacidad para cambiar la perspectiva es, sin duda, una de las herramientas más efectivas a nuestra disposición.
Las dificultades se nos revelan, pues, como etapas positivas de la vida, ya que son ellas las que nos permiten llegar a la felicidad.
Para mí, la violencia es una consecuencia de la competencia, y la competencia es una consecuencia de la rivalidad y la comparación; y la rivalidad y la comparación son una consecuencia de una cultura de consumo en la que se nos educa para compararnos todo el tiempo con otros.
Debemos renunciar a lo que ya no está, y que eso es madurar.