Frases de Graham Greene

Fue un escritor, guionista y crítico literario británico, cuya obra exploró la confusión del hombre moderno y trató asuntos política o moralmente ambiguos en un trasfondo contemporáneo.

La mayoría de las cosas decepcionan hasta que miras más profundamente.
No podría creer en un Dios al cual comprendiera.
La esperanza era un instinto que solo podía matar el pensamiento racional del hombre. Un animal nunca ha conocido la desesperación.
Mañana es sólo un adverbio de tiempo.
Quienes comparten nuestra niñez, nunca parecen crecer.
No puede uno confiarse a sus superiores cuando ha triunfado donde ellos fracasaron.
La amistad es algo en el alma. Es algo que uno siente. No es una vuelta de algo.
Una risa solitaria es a menudo una risa de superioridad.
La gente habla de la mayoría de edad. Eso no existe. Cuando uno tiene un hijo, está condenado a ser padre durante toda la vida. Son los hijos los que se apartan de uno. Pero los padres no podemos apartarnos de ellos.
Si conociéramos el verdadero fondo de todo tendríamos compasión hasta de las estrellas.
Contra lo bello y lo inteligente y el éxito, se puede emprender una guerra despiadada, pero no contra el poco atractivo: entonces la piedra de molino pesa en el pecho.
Dios no deja de existir porque la humanidad lo olvide.
Nunca convencerás a un ratón de que un gato negro trae buena suerte.
En Suiza tuvieron amor fraternal, quinientos años de democracia y paz, y lo qué se producen? El reloj de cuco!
Siempre hay un momento en la infancia cuando la puerta se abre y deja entrar al futuro.
La desesperación es el precio que uno paga por ponerse objetivos imposibles.
Así como muchos vinos, nuestro amor no podía ni madurar ni viajar.
El sufrimiento no aumenta sus números. Un sólo cuerpo puede contener todo el sufrimiento que el mundo puede sentir.
Cuando amamos nuestro pecado, ciertamente estamos condenados.
La desesperación es el precio que uno paga.
Los románticos siempre tienen miedo de no estar a la altura de las expectativas. Y sus expectativas son siempre excesivas.
La infelicidad en un niño se acumula porque no ve un final al túnel oscuro. Las trece semanas de un mandato bien podrían ser trece años.
La mayoría de las personas prefieren confesar los pecados de los demás.
En mi escuela, pensé, aprenden amargura y frustración y cómo envejecer.
El mejor olor, el del pan; el mejor sabor, el de la sal; el mejor amor, el de los niños.
La política está en el aire mismo que respiramos, igual que la presencia o ausencia de Dios.
Nuestros peores enemigos aquí no son los ignorantes y los sencillos, aunque crueles; nuestros peores enemigos son los inteligentes y los corruptos.
Indícame el hombre feliz y te señalaré egoísmo, egoísmo, maldad o una ignorancia absoluta.
El peligro es el gran remedio para el aburrimiento.
Todos nos resignamos a la muerte. Es a la vida a lo que no nos resignamos.
El odio no es más que carencia de la imaginación.
En el fondo de nosotros mismos siempre tenemos la misma edad.
¿Cómo se puede servir a Dios en un mundoinmoral?