Frases de Eric Hoffer

Fue un escritor y filósofo estadounidense.

La desilusión es una especie de quiebra. La quiebra de un alma que gasta demasiado en esperanza y expectativas.
La aritmética más difícil de dominar es la que nos permite contar nuestras bendiciones.
La grosería es una débil imitación de fuerza.
No existiría la sociedad si la convivencia dependiera solo del entendimiento mutuo.
La creatividad es la habilidad de introducir orden en la aleatoriedad de la naturaleza.
La falta de sensibilidad es básicamente un desconocimiento de nosotros mismos.
La búsqueda de la felicidad es uno de los orígenes de la infelicidad.
Buscar la felicidad es una de las principales fuentes de la infelicidad.
La búsqueda de la felicidad es una de las principales fuentes de la infelicidad.
La rudeza es una pobre imitación de la fuerza.
Mentimos con mayor enjundia cuando nos mentimos a nosotros mismos.
Alguien que considera que el mundo siempre lo está engañando, es correcto. Le falta ese maravilloso efecto de confianza en alguien o algo.
Lo notable es que realmente amamos a nuestro prójimo como a nosotros mismos: hacemos a los demás como a nosotros mismos. Odiamos a los demás cuando nos odiamos a nosotros mismos. Somos tolerantes con los demás cuando nos toleramos a nosotros mismos. Perdonamos a los demás cuando nos perdonamos a nosotros mismos. Somos propensos a sacrificar a los demás cuando estamos listos para sacrificarnos a nosotros mismos.
El placer que se deriva de hacer favores es parte en la sensación que nos da que no somos totalmente inútil. Es una agradable sorpresa para nosotros.
Probablemente hay un elemento de malicia en nuestra disposición a sobrestimar las personas - que son, por así decirlo, por la que se arriba por nosotros mismos el placer de la tarde cortarlos a la medida.
Compasión solo se distingue del tráfico continuo entre el procedimiento bien y el mal dentro de nosotros.
La compasión es la antitoxina del alma: cuando hay compasión, incluso los impulsos más venenosos siguen siendo relativamente inofensivo.
Esto sigue siendo cierto que el hombre es más humano únicamente cuando cumpla los obstáculos en oportunidades.
Es más fácil amar a la humanidad en general que al vecino.
Mayor buena suerte Un gran hombre es morir en el momento adecuado.
Misma juventud es un talento, un talento perecedero.
La miseria de un niño es interesante para una madre, la miseria de un hombre joven es interesante para una mujer joven, la miseria de un anciano es interesante para nadie.
El salvador que quiere convertir a los hombres en ángeles es tanto un enemigo de la naturaleza humana como el déspota totalitario que quiere convertirlos en marionetas.
No es el sufrimiento, sino la esperanza de cosas mejores lo que incita las rebeliones.
Se nos dice que el talento crea sus propias oportunidades. Pero a veces parece que el deseo intenso crea no solo sus propias oportunidades, sino también sus propios talentos.
El pensamiento es un proceso de exageración. El rechazo a la exageración es, no pocas veces, una coartada para la desgana de pensar o alabar.
El poder corrompe a unos pocos, mientras que la debilidad corrompe a muchos.
A veces parece que el deseo intenso crea no solo sus propias oportunidades, sino también sus propios talentos.
Todo deseo intenso es quizás un deseo de ser diferente de lo que somos.
La sensualidad nos reconcilia con la raza humana. La misantropía de los viejos se debe en gran parte a la desaparición del brillo mágico del deseo.
Los niños son las llaves del paraíso.
Hay una falta de sensibilidad más pronunciada en subestimar (a nosotros mismos y a los demás) que en sobreestimar.
El placer que obtenemos de hacer favores está en parte en el sentimiento que nos da que no somos del todo inútiles. Es una sorpresa agradable para nosotros.
Nuestra frustración es mayor cuando tenemos mucho y queremos más que cuando no tenemos nada y queremos algo. Estamos menos insatisfechos cuando nos faltan muchas cosas que cuando parece que nos falta una sola.
La mejora social se logra más fácilmente por una preocupación por la calidad de los resultados que por la pureza de los motivos.
Los inconformistas viajan por regla general en racimos. Raramente se encuentra un inconformista que lo haga solo. Y ¡ay de él dentro de una camarilla inconformista que no se conforma con la inconformidad!.
La amabilidad puede convertirse en su propio motivo. Somos amables por ser amables.
Cuanto menos justificado esté un hombre para reclamar excelencia para sí mismo, más preparado estará para reclamar toda excelencia para su nación, su religión, su raza o una causa santa.
Normalmente sólo vemos lo que queremos ver; tanto es así, que a veces lo vemos donde no está.
Jugar limpio significa, ante todo, no culpar a los demás de nuestros errores.