La vejez es una enfermedad como cualquier otra en la cual al final uno se muere irremisiblemente.
Casi todos los médicos tienen sus enfermedades favoritas.
Los celos son la icteria del alma.
Una salud demasiado espléndida es inquietante, pues su vecina, la enfermedad, está presta siempre a abatirla.
Día y noche haré buen uso de este cuerpo mío, que es el hogar de la enfermedad y la base para los sufrimientos de la ancianidad, y que carece de sustancia como una burbuja.