Frases Depresion

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  Ese es justo mi problema que yo no puedo ser feliz. Nunca lo he sido, creo que nací sin esa capacidad, es como quien nace sin vista o sin oído, pero supongo que lo mío es peor, no os podeís ni imaginar lo que es levantarse cada mañana sin ninguna motivación, los esfuerzos que tengo que hacer para no mandarlo todo a la mierda. Y lo único que me alivia es que los demás tampoco sean felices, y os aseguro que pongo todo mi empeño en ello, todo, por eso quería agradecer en lo que hacéis con el programa, me habéis ayudado mucho, de verdad, pero ahora ya da igual.

  
  
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  Cuando aprendemos a aceptar con paciencia las dificultades, el verdadero problema desaparece. Por ejemplo, imaginemos que padecemos una enfermedad física dolorosa. Si encontramos una manera de aceptar el dolor, por ejemplo, pensando que esta es una forma de consumir el karma negativo, nuestra mente permanecerá serena aunque sintamos dolor en el cuerpo. Además, puesto que el dolor que sentimos en el cuerpo tiene mucha relación con la tensión y el estrés acumulados en nuestra mente, al relajarla, puede ocurrir que el dolorfísico disminuya y el cuerpo se recupere por sí mismo. En cambio, si nos negamos a afrontar el malestar de manera realista, culpamos a la enfermedad y nos deprimimos.

  
  
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  Nadie puede juzgar. Sólo uno sabe la dimensión de su propio sufrimiento, o de la ausencia total de sentido de su vida.

  
  
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  El precio para salir de la depresión es la humildad.

  
  
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  Todo lo feo debilita y deprime al hombre. Le sugiere la decadencia, el peligro, la impotencia.

  
  
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  Cuando te encuentras triste y te rindes, te estas fallando no te sirves, mírate al espejo y ponte firme.

  
  
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  Si piensas que a nadie le importa si estás vivo, trata de saltar por un par de meses el pago del coche.

  
  
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  Haces reír a todos para que tú no te deprimas.

  
  
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  El término depresión clínica se abre paso en demasiadas conversaciones hoy en día. Uno tiene la sensación de que se ha producido una catástrofe en el panorama psíquico.

  
  
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  Contra la depresión emplea la vida al aire libre, la sobriedad, la selección de los manjares, la prudencia ante los licores, ninguna preocupación y control de las emociones.

  
  
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  Desde que tenía 16 años, he sentido que una nube negra flota sobre mi. Desde entonces, he tomado pastillas para la depresión.

  
  
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  La tradicional lucidez de los depresivos, descrita a menudo como un desinterés radical por las preocupaciones, se manifiesta ante todo como una falta de implicación en los asuntos que realmente son poco interesantes. De hecho, es posible imaginar a un depresivo enamorado, pero un depresivo patriota resulta inconcebible.

  
  
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  Pero no quiero que dirijas esa ira hacia dentro, porque a eso se le llama depresión.

  
  
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  Sigo vivo, sigo atento, y observando con el tiempo esta extraña enfermedad inclasificada que te afecta muy deprisa, que te quita la sonrisa, cuyo síntoma es que ya no importa nada.

  
  
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  Es peligroso dejarse llevar del placer de las lágrimas; por él se pierde el ánimo y aun la voluntad del remedio.