Frases de Culpa

Decidiste llegar a donde estás ahora en la vida, deja de culpar a otros por tu desgracia y elige sabiamente la próxima vez.

La culpa se hace eco muy rápidamente de la acusación.
El culpable va al encuentro de su castigo igual que el agua fluye hacia el mar, igual que el ofendido avanza hacia su venganza.
El que mata o tortura sólo conoce una sombra en su victoria: no puede sentirse inocente. Necesita, pues, crear la culpabilidad en la víctima.
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La culpabilidad, la vergüenza y el miedo son los móviles inmediatos del engaño.

La culpa es una emoción tan inútil.
El mundo tiene la culpa, no porque sea intrínsecamente bueno o malo o nada, sino por lo que es, porque no nos preparamos en nada excepto para llevarse bien con el cuerpo.
A nadie le va mal durante mucho tiempo sin que él mismo tenga la culpa.
Las mismas culpas hallan diversa suerte: uno recibe por su delito el suplicio, y el otro, la corona.
Un mal humor es a menudo la razón para culpar a otros; pero muy a menudo culpar a otros nos causa malos sentimientos: cuanto más culpamos a otros, peor nos sentimos.
Nada más fácil que pedir perdón cuando no nos sentimos culpables.
El sufrimiento que produce la culpa casi nunca equivale a la dimensión de la tragedia.

No estoy avergonzada, pero la culpa te matará, si no lo hace ella primero.
Dueños de sus destinos son los hombres. La culpa, querido Bruto, no está en las estrellas, sino en nuestros vicios.
A la culpa, sigue la disculpa.
La religión está en todas partes. Está en la mente, en el corazón, en el amor que pones en lo que haces.
El que se ruboriza ya es culpable; la verdadera inocencia no siente vergüenza por nada.

La inocencia que no siente ningún riesgo y se enseña sin cuidado, es más vulnerable que la culpa.
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De las culpas de las mujeres, de los niños, de los criados, de los débiles, delos pobres y de los ignorantes, son responsables los maridos, los padres, los señores, los poderosos, los ricos y los sabios.
Si las personas sólo fueran responsables de lo que hacen conscientemente, los idiotas estarían de antemano libres de cualquier culpa.
No es la vida el más grande de los bienes, y el mayor de los males es la culpa.
En voluntad doliente, siempre amor da ocasión a nueva culpa.
La culpa es un doloroso deseo de armonía, una necesidad de compensar por una infracción propia, de restablecer el equilibrio, la coherencia.
¡El ser humano no quiere reconocer que todo lo malo lo provoca él mismo! Y luego va y le echa la culpa a Dios. ¡Qué ciego está!

Si es delito amar a tu país, soy culpable, si es delito robar un millón de dólares a tu gobierno y regalárselo a los comunistas cubanos, entonces soy culpable, y si es un delito sobornar a un jurado, a Dios pongo por testigo que muy pronto también seré culpable.
Nadie acepta ya que las cosas pasan a veces sin que haya un culpable, o que existe la mala suerte, o que las personas se tuercen y se echan a perder y se buscan ellas solas la desdicha o la ruina.
La pena no pesa tanto como la culpa, pero te quita mucho más.
La culpa antes de actuar se llama moralidad.
No es culpa de nadie con lo que se nace.
Tu culpa la define. Es lo que le da poder. Pero no eres responsable de la idea que la mató.
Si inocente una mujerno hay desdicha que no aguarde,¡valgame Dios, qué cobardela culpa debe de ser!
Te voy a decir una cosa. Si lo intentas y pierdes, no será culpa tuya. Pero si no lo intentas y perdemos, será por tu culpa.
Que la culpa te enseñe a comportarte mejor la próxima vez.
En el fondo, la pregunta fundamental de la filosofía (igual que la del psicoanálisis) coincide con la de la novela policíaca: ¿quién es el culpable?
Las venganzas castigan, pero no quitan las culpas.

El inferior, paga las culpas del superior.
Quien todo lo niega, todo lo confiesa.
Ni ausente sin culpa, ni presente sin disculpa.
El que empieza a instruirse en la filosofía de todo se echa la culpa a sí mismo.
El que seduce a un juez con el prestigio de su elocuencia, es más culpable que el que le corrompe con dinero.