Frases de Chinua Achebe

Fue un escritor, poeta, profesor y crítico nigeriano.

Un hombre enojado es siempre un hombre estúpido.
En los últimos cuatro o cinco siglos de contacto europeo con África produjeron un cuerpo de literatura que presenta África en una luz muy mala y los africanos en términos muy escabrosos. La razón de esto tiene que ver con la necesidad de justificar la trata de esclavos y la esclavitud.
Yo les digo a mis alumnos, no es difícil identificar a alguien como usted, alguien al lado que se parece a ti. Lo que es más difícil es identificar con alguien que no se ve, que está muy lejos, que es de un color diferente, que come otro tipo de alimentos. Cuando usted comienza a hacer eso, entonces la literatura rendimiento real de sus maravillas.
De hecho, pensaba que el cristianismo era muy buena y una cosa muy valiosa para nosotros. Pero después de un tiempo, empecé a sentir que la historia que me dijeron acerca de esta religión no era tal vez completamente todo, que algo se quede fuera.
Mis padres fueron los primeros convertidos al cristianismo en mi parte de Nigeria. No eran sólo convierte, mi padre era un evangelista, un maestro religioso. Él y mi madre viajó durante treinta y cinco años en diferentes partes del Igboland, la difusión del evangelio.
Un funcionamiento, robusta democracia requiere de un culto, los seguidores participativa saludable y una, el liderazgo moral a tierra educada.
La democracia no es algo que se pone de distancia durante diez años, y luego en el año 11 se despierta y comienza a practicar de nuevo. Tenemos que empezar a aprender a gobernarnos a nosotros mismos otra vez.
El lenguaje de los jóvenes es derribar y destruir; pero un anciano habla de conciliación.
Cuando el sufrimiento toca tu puerta y le dices que no hay un asiento para él, te dice que no te preocupes porque él trajo su propia silla.
Cuando los ancianos hablamos no es por la dulzura de las palabras en nuestra boca; es porque vemos algo que tú no ves.
Las contradicciones, si se comprenden y se manejan bien, pueden desencadenar el fuego de la invención. La ortodoxia, ya sea de derecha o de izquierda, es el cementerio de la creatividad.
Cuando una tradición cobra suficiente fuerza para continuar por siglos, uno simplemente no puede erradicarla en un día.