Fue un novelista y dramaturgo francés.
No hay amistad que se preocupe por un secreto escuchado.
El orgullo casi siempre tiene un compañero aún peor: la envidia.
El orgullo de quienes no pueden edificar es destruir.
En ocasiones, uno ha sufrido tanto que tiene el derecho de nunca decir: yo también estoy muy feliz.
¿La herida abierta en el pecho de otra persona suaviza el dolor de la herida abierta en el nuestro?
Las mujeres nunca son tan fuertes como lo son luego de una derrota.
Las respuestas que se esperan con impaciencia siempre llegan cuando uno no está en casa.