Frases de Alexander Hamilton

Fue un economista, estadista, político, escritor, abogado, y el primer secretario del Tesoro de los Estados Unidos.

Con frecuencia las personas se oponen a una propuesta solamente porque no han participado en su elaboración o porque fue elaborada por alguien que no es de su agrado.
Creo que el primer deber de la sociedad es la justicia.
Teniendo en cuenta la naturaleza humana, ejercer el poder sobre el sustento de un hombre equivale a ejercer el poder sobre su voluntad.
Hay un cierto entusiasmo en la libertad, que hace subir la naturaleza humana por encima de sí misma en actos de valentía y heroísmo.
La superioridad de las naciones que han perfeccionado una rama de la industria, constituye un obstáculo formidable.
En el curso normal de las cosas, las necesidades de una nación en cada etapa de su existencia serán encontradas por lo menos iguales a sus recursos.
Los hombres suelen oponerse a algo simplemente porque no han tenido la agencia en la planificación, o porque pueden haber sido planeado por aquellos a quienes no les gusta.
Cuando la espada, una vez elaborados, las pasiones de los hombres observen límites de la moderación.
Estaban convencidos de que las asambleas populares son con frecuencia mal guiadas por la ignorancia, por impulsos repentinos y por las intrigas de los hombres ambiciosos; y que era necesaria alguna barrera firme contra estas operaciones.
Los que no representan nada caen por nada.
El deseo de recompensa es uno de los incentivos más fuertes de la conducta humana; … la mejor seguridad para la fidelidad de la humanidad es hacer que su interés coincida con su deber.
Cuando la avaricia toma la delantera en un estado, comúnmente es el precursor de su caída.
Cuando la espada es desenvainada, las pasiones de los hombres no respetan los límites de la moderación.
Todas las comunidades se dividen en los pocos y los muchos. Los primeros son los ricos y los otros son masa del pueblo.
¿Por qué ha sido instituido el gobierno? Porque las pasiones de los hombres no se ajustan a los dictados de la razón y la justicia sin una fuerza coercitiva.
En política, como en la religión, es igualmente absurdo hacer proselitismo ha fuego y espada.
Tengo el deber de exponer las cosas como son, no como deberían ser.
Unión hace la fuerza.