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Las lagrimas son palabras que el corazón no sabe expresar.
Decir adiós es como morir.
Crecer es aprender a despedirse.
El amor verdadero no tiene final feliz, porque el verdadero amor nunca termina. Dejar ir es una forma de decir te amo.
Sabes que estas enamorado cuando la cosa mas difícil que tienes que hacer es decir adiós.
No llores porque ya se acabó, sonrie porque sucedió.
Un hombre nunca sabe como decir adiós, una mujer nunca sabe cuando decirlo.
No temas frente a la despedida. Una despedida es necesaria antes de poder reunirse de nuevo. Y reunirse de nuevo a veces o de por vida, es cierto para aquellos que son amigos.
Las despedidas no son para siempre, las despedidas no son el final. Simplemente quieren decir que te extrañaré.
Las despedidas te hacen pensar, hacen que te des cuenta de lo que has tenido, de lo que has perdido, y lo que has dado por sentado.
Decir adiós a los tiempos que han pasado es igual a decir hola a los tiempos que vendrán.
Decir adiós no es lo difícil, lo difícil es lo que tenemos que dejar atrás.
Un adiós es doloroso si sabes que nunca vas a decir hola de nuevo.
La canción ha terminado, pero la melodía perdura.
Ahora que no estoy contigo, todo está desolado. Todo lo que una vez fue tan hermoso esta muerto.
Tu me enseñaste a amar, a vivir a reír, e incluso a llorar. Pero cuando te fuiste, te olvidaste de enseñarme como se olvida.
Si amas algo déjalo libre, si regresa es tuyo, sino nunca lo fue.
¿Cómo le dices adiós a alguien que no te imaginas poder vivir sin él?
Esto no es un adiós, esto es un gracias.
El dolor de la separación no es nada comparado con la alegría de reunirnos de nuevo.
Quien mucho se despide, pocas ganas tiene de irse.
Marcharse es muy duro, hasta que te marchas. Entonces es lo más sencillo del mundo.
Habría que añadir dos derechos a la lista de derechos del hombre: el derecho al desorden y el derecho a marcharse.
En una historia de amor hace falta saber irse antes de que sea demasiado tarde.
Nadie le esperaba, por eso le costaba tanto irse.
Las despedidas siempre duelen, aun cuando haga tiempo que se ansíen.
Cada adiós es como enfrentar a la muerte, pero cuando se da el reencuentro, podemos entrar al paraíso.
Solo al despedirnos comprendemos lo mucho que podemos amar.
Las despedidas duelen porque debemos separar las almas que se encuentran conectadas.
Siempre es más difícil que te dejen atrás que ser el que se va.
Las manos que dicen adiós son pájaros que van muriendo lentamente...
Poder decir adiós es crecer.
¡Adiós mis amigos, yo voy a la gloria!
No importa la distancia que haya entre nosotros, porque el amor nos une.
Nunca digo adiós, porque un adiós significa irse e irse significa olvidar.
Grande es el arte de inicio, pero mayor es el arte de poner fin.
Las dos cosas más difíciles de decir en la vida son “hola” por primera vez y “adiós” en la última.
Ninguna distancia es capaz de separar nuestros sentimientos.
Lo más difícil no es el primer beso, sino el último.