Frases de Abraham Joshua Heschel
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El respeto hacia uno mismo es el fruto de la disciplina; el sentido de dignidad crece con la habilidad de decir no a uno mismo.
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El respeto propio es el fruto de la disciplina; el sentido de la dignidad crece con la capacidad de decirse no a uno mismo.
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El amor propio es el fruto de la disciplina. El sentido de la dignidad crece con la habilidad de decirse que no a uno mismo.
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Un hombre religioso es una persona que tiene Dios y hombre en un pensamiento a la vez, en todo momento, que sufre daño hecho a otros, cuya mayor pasión es la compasión, cuya mayor virtud es el amor y el desafÃo de la desesperación.
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El racismo es más grave amenaza del hombre por el hombre - el máximo de odio por un mÃnimo de razón.
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Una prueba de un pueblo es cómo se comporta con los viejos. Es fácil amar a los niños. Incluso los tiranos y dictadores se preocupan por los niños. Pero el afecto y el cuidado de los ancianos, los incurables, los indefensos son las verdaderas minas de oro de una cultura.
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Levántate por la mañana y mira el mundo de una manera que no da nada por sentado. Todo es fenomenal; todo es increÃble; nunca tratela casualmente. Ser espiritual es asombrarse.
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La indiferencia al mal es más insidiosa que el mal mismo. Es una justificación silenciosa que permite la mala aceptación en la sociedad.
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La maravilla o el asombro radical es la principal caracterÃstica de la actitud del hombre religioso hacia la historia y la naturaleza.
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La maravilla, o el asombro radical, es una forma de ir más allá de lo que se da en las cosas y en el pensamiento, negándose a dar nada por sentado, a considerar algo como definitivo. Es nuestra respuesta honesta a la grandeza y el misterio de la realidad, nuestra confrontación con lo que trasciende lo dado.
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Nuestro objetivo deberÃa ser vivir la vida con un asombro radical. …. levantarse por la mañana y mirar el mundo de una manera que no dé nada por sentado. Todo es fenomenal; todo es increÃble; nunca trates la vida de forma casual. Ser espiritual es estar asombrado.
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La prueba de un pueblo es su comportamiento hacia el viejo. Es fácil amar a los niños. Pero el cariño y el cuidado hacia los ancianos, los incurables, los desamparados son las minas de oro verdaderos de una cultura.