Cuando tu caballo te sigue sin pedírsel
Cuando tu caballo te sigue sin pedírselo, cuando frota su cabeza con la tuya, y cuando lo ves y sientes un escalofrío… sabes que eres amado.
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A un caballo no le importa mucho cuánto sabes, hasta que se da cuenta de cuanto le importas. Pon tu mano sobre tu caballo y tu corazón en tu mano.
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Hemos casi olvidado lo extraño que es que un animal tan imponente, poderoso e inteligente como un caballo le permita a otro animal mucho más débil montarlo.
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He descubierto que el caballo es la vida misma, una metáfora, pero también un ejemplo del misterio e imprevisibilidad de la vida, de la generosidad y belleza de la vida; un digno objeto de contemplación.