Nuestra personalidad es lo que surge cuando creemos que nadie nos está mirando.
No hay mujer tan alta que no huelgue ser mirada, aunque el hombre sea muy bajo.
Del encuentro y adhesión de sus ardientes miradas nace el primer germen del nuevo ser.
Y luego estaba la forma de emitir su mirada, con una frialdad escalofriante con la que podría causar un incendio.
Cuando Dios mira por su ventana, ve hermosura, amor, arco iris, risitas y felicidad en todas partes. Cuando yo miro hacia afuera, me gustaría estar lejos de los dioses.