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Cuando nos damos cuenta de que un enemig

Cuando nos damos cuenta de que un enemigo constant...

Cuando nos damos cuenta de que un enemigo constante del alma habita en nosotros, ¡qué diligencia y vigilancia debemos tener! Qué lamentable es la pereza y la negligencia de tantos que viven ciegos y dormidos ante esta realidad del pecado.


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  • Un poco de negligencia puede engendrar un gran daño.



  • Uno puede acostumbrarse a la fealdad, pero nunca a la negligencia.